- ¿SOMOS EL MEJOR AMIGO DEL PERRO?

"No se puede rastrear con seguridad la exacta filiación del perro doméstico, pero es innegable que su origen más cercano está relacionado con el género canis (que agrupa a cánidos: zorro, lobo, coyote, etc.)

Las modificaciones, producto de la selección natural y los cambios morfológicos introducidos por el hombre, han devenido en razas con características dispares.

El hombre ha manipulado estas transformaciones alterando el aspecto del perro, resaltando características al parecer más bellas y/o sofisticadas, sin tener en cuenta el costo asumido por una fisiología alterada. Ello se traduce en una proclividad a diversas patologías. Huelgan los ejemplos: ojos protruídos, hocicos aplanados, columna vertebral desmesuradamente alargada, razas gigantes, razas enanas, etc.

En fin, se ha transgredido el equilibrio natural de formas y funcionalidad en aras de la creación de nuevos biotipos. La agresión humana ocurre en el contacto cotidiano con el perro. El ser humano transpira, el perro no. Éste tiene una capa protectora y un grado de acidez natural. Los baños indebidos, por su exagerada frecuencia o uso de jabones y champúes muy enérgicos secan la piel, excitan el escozor, el rascado y mordisqueo consecutivo irritan más la piel, deja sobre ella la saliva que al descomponerse produce mal olor induciendo al dueño a entrar en un círculo vicioso de frecuentes baños.

El agua en sí no es nociva y aplicarla frecuentemente en estación calurosa es una práctica sana. Más importante es el cepillado o peinado, según las características de la raza. Sobre el tipo de raza a escoger se debe considerar las características del pelaje. Existen razas provenientes de zonas de altura, de clima frío y seco, esto va acorde a un pelo y sub-pelo, este abrigo interior es incongruente con un verano húmedo. Cada animal corresponde a un nicho ecológico que hay que respetar.

La humanización del perro por parte de su amo va más allá de los baños frecuentes pues esto se extiende a la alimentación: si se trata de dar alimento natural se debe tener en cuenta que el perro no mastica desmenuzando los alimentos: traga. La carne debe ser suministrada en trozos que sufrirán un proceso gástrico para luego pasar a un intestino corto (más corto que el intestino humano).

Comparemos siempre el canino a un carnívoro silvestre: ¿quién le muele la carne un lobo? Dar vegetales tales como camote, papa, zapallo, menestras, etc., es un lastre cultural endémico en nuestro medio. El perro no es vegetariano y es deficitario enenzimas que actuarán sobre ciertas harinas, las que por ser procesadas de manera incompleta pueden producir fermentación, gases, heces voluminosas a intolerancias alimenticias.

Algunos dueños consideran que los alimentos balanceados y concentrados no son suficientes y le añaden comida natural, eso es absolutamente equivocado. No hay nada en contra de la comida natural bien balanceada, pero los alimentos preparados comerciales son elaborados científicamente para satisfacer las necesidades de nutrición, no requeren ningún alimento extra y están ideadas con una finalidad práctica. Dar sobras, guisos, frituras, leche, frutas, golosonas, etc, porque "pobrecito me está pidiendo" agrede a una biología canina no preparada para este tipo de alimentos los cuales por su sabor enriquecido (especias, etc.) desplazan en su preferencia a cualquier otro alimento alternativo; no tiene sentido, aún en lo económico, alternar el alimento balanceado con el alimento natural, aunque en asociación con el ser humano el perro haya desarrollado ciertas tolerancias y adaptaciones fisiológicas.

Esta es una suscinta relación que enfatiza, a pesar de nuestro afecto, las diferencias de especie entre el perro y ser humano".

Autor del artículo:

Mi Maestro: Dr. Gustavo Ayllón Rodriguez, M.V.

Profesor Emérito. Universidad Mayor de San Marcos de Lima.