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domingo, 21 de agosto de 2016

- DOS VÍCTIMAS INOCENTES






Esta es la imagen de dos seres que comparten la inocencia aunque ninguno de ellos lo sepa. En uno se quedará para siempre y el otro la perderá.

Es esa misma inocencia la que no le permite al animal envidiar la libertad al otro lado de la jaula ni a la niňa descubrir el sufrimiento más allá del cristal pero tal vez, sólo tal vez, una duda del último asome levemente en ella.. 

Tal incertidumbre, de darse, se irá de su cabeza cuando lo haga la ingenuidad de su corazón para transformarse en ignorancia o desprecio aunque a veces, también sólo a veces se queda, se queda y crece hasta convertirse en certeza, en dolor, en rabia y lucha.

Si eso ocurre habrá nacido una animalista

Esta es la imagen de la aberración que, como todo hijo del egoísmo y de la crueldad es hipócrita y se conjuga con los verbos divertir y educar. Cada forma de violencia legal posee su coartada léxica pero no esperes que el diccionario te sirva si llamas torturador a un torero o asesino a un cazador. Los violentos suelen ser mucho más susceptibles para el vocabulario que se emplea con ellos que para las heridas y la muerte que ellos causan.

Esta es la imagen de cuando una mirada que lo expresa todo se cruza con otra que es incapaz de entenderla, de ahí que la que no comprende crea leer felicidad donde no hay más que tristeza. Es tan fácil engaňar a un niňo.

Esta es la imagen fugaz de un puente precioso e inútil de candidez e impotencia que se construye en un segundo y se desmorona en un minuto al darse la vuelta el libre para alejarse, camino de la jaula del siguiente, y quedarse el preso en el mismo sitio, inmóvil, mirando cómo se va y a la espera de alguno igual al otro lado del cristal. No guardará reproche el que permanece ni remordimiento la que se marcha. ¿Cómo va a haberlos si en ninguno de los dos hay culpa?

Fuera de la imagen pero muy cerca están los carceleros del cuerpo y del alma que se denominan cuidadores, no son los verdaderos culpables pero forman parte de la maquinaria. Y más cerca todavía los ladrones de la empatía, llamados padres. Estos sí lo son. Que tanto unos como otros quieren no hay duda, pero el amor no siempre garantiza el bien del amado, únicamente asegura la tranquilidad de conciencia del que ama.

Esta imagen es el horror que se anuncia en las guías de ocio y para el que se dejan vales descuento llenos de colores y de sonrisas de animal a la altura justa de las manos infantiles. Nada más sencillo que repartir caramelos envenenados entre críos, sobre todo si cuando los chupan son otros los que mueren. Pero eso no lo sabrán.

Porque en un zoológico todos los animales y todos los niños son inocentes. Y víctimas también.

"Lo que en el criminal no es sensible, es el crimen. Lo que en el inocente no es sensible, es la inocencia". (Simone Weil)

-Texto: Julio Ortega -

jueves, 25 de febrero de 2016

- EL NIÑO Y EL PERRO







LA HISTORIA DE FRANCO Y LEILA
(Una historia especial).


Allá por el año 2006 llamó una señora
cuyo hijo, según dijo,
tenía serias dificultades motrices
y me dice : “Necesito un perro”,
asi de simple.

A los pocos dias llegó con Franco al Refugio, un chico hermoso de 7 años que tenia gran parte de su cuerpo entumecido (no soy mèdico para explicar exactamente su enfermedad) se arrastraba con ayuda de su mamá mientras pronuciaba frases con dificultad.
En un abrir y cerrar de ojos,
Franco se abalanzó sobre una cachorrona mestiza color marrón,- Leila,- y fue amor a primera vista absolutamente correspondido.
Le expliqué a la mamá la importancia de una adopción
Le expliquè lo que Leila y los demás significaban para mì…
làgrimas mediante,
se fueron felices a su casa en la zona de Moròn.

Dejamos pasar unos 15 dias y fuimos a visitarlos.
Un chico casi completamente erguido, aunque desde ya conservaba sus dificultades
vino con su madre hasta la puerta a recibirnos,
Franquito, era otro chico...

La mamá entre lágrimas nos relataba como todas las mañanas
Leila lo jalaba del pijama para que Franco se despertara y comenzara a moverse y jugar con ella…




Era cosa de todos los días, estricta y fructífera rutina.

Nuevas y repetidas, làgrimas mediante,
me volví al Refugio.

La idea era recurrente, obsesiva,
no me abandonaba,
una y otra vez, buscaba una respuesta…
pensaba y pensaba, si sòlo un perro
podía ayudar tanto a un chico.
A riesgo de sonar pueril, podría decir que el amor entre ambos era suficiente… no sé…
ya no sé nada…
Franco y su mamá eran “LA” alegria, Leila me miraba con un dejo de tristeza,- seguro me extrañaba pero ella también se sentía intimamente
indispensable e importante para aquel chico.

No pasa un día sin que Franco pase por mi cabeza,
Ni un sòlo dìa
y obvio también Leila.

Ambos justifican cada segundo de mi tarea,
ambos son la respuesta exacta
cuando alguien me pregunta:
tenès 200 perros???
para que???
tenes criadero???? 



Como la media de las personas,
me pregunto varias veces al día,
si hice algo útil en mi vida
ademàs de renegar y maldecir.
Franco es la respuesta,
veo su cara y me tranquiliza.
No sé si es mucho,
pero justifica cada segundo
que he dedicado a los perros de la calle.


Amo a todos los perros,
pero a mí,
me gustan los callejeros.









Dios te guarde Franquito,
A vos Leila,
Èl te tiene de Àngel…


(Autor Gustavo Marcelo De Rosa)

sábado, 16 de enero de 2016

- ¿CUÁNTO VALE UN VETERINARIO?







La imagen del veterinario es siempre la misma, el popular de la gente siempre dice casi lo mismo cuando a uno le pregunta de que trabaja? y uno dice: soy VETERINARIO con un suspiro casi imperceptible, alguna mujer dirá “ay qué lindo…” acto seguido también responderá: “yo también quise estudiar veterinaria pero…después…) Bueno, ahí vienen una serie de excusas que van desde que sufría mucho por los animalitos, porque no le dio la cabeza, porque se casó, etc. 

La gente en general tiene una costumbre de asociar la imagen del veterinario con una persona buena, incapaz de enojarse, que trabaja las 24 hs al día en función de la salud de cientos de animalitos que sufren por la vida, ad honorem que no duerme y que ni siquiera tiene derecho a ir al baño cuando de una urgencia se trata y que además sabe de todo. “Hay dígame doctor, Ud. que es veterinario cuantas veces hace el amor un murciélago en temporada baja o este insecto que le pico a mi hijo, que es? o porque desaparecieron las toninas de la costa?”.

Cualquier pregunta relacionada al reino animal un veterinario debe estar en condiciones de contestarla y si uno le responde “mira, la verdad no sé.” acto seguido la contestación será…”y para que sos veterinario?”. La imagen del veterinario estará siempre rodeada de un halo de magia, una buena imagen, una persona que en el mismo acto que recibe el título, este tiene anexado un lugar en el cielo.

Más de una oportunidad trabajando en mi clínica, me ha pasado de gente que venga con su mascota y lo hagan revisar con distintos grados de patologías y después de que uno haga la consulta larga o corta de acuerdo a lo que necesitaba, acto seguido la gente pregunte: “le debo algo por esto Doctor???? Porque sabe no traje plata” o “Solo traje para la peluquería” o “creí que por esto no me iba a cobrar la consulta”….Jamás a mí se me ocurriría pasar por un hipermercado y preguntarle a la cajera… ¿Cómo me va a cobrar el azúcar? Si es barata porque no me la regala…

Por contrapartida cunado un veterinario se pone firme y quiere cobrar sus honorarios muchos comentarios de sus clientes son: “usted es un comerciante porque Fulanito para hacer lo mismo que Ud. me cobra 10 pesos, le da un palito al Boby y me rasca la espalda… además me da un papelito para un sorteo de una canasta navideña” o “Ud. es un carero porque la bolsa de alimento balanceado XX en el Pet Shop “el perro caradura” la vende 1,25 menos….

Cuánto vale su veterinario Sr o Sra.? Nada, poco, mucho. Nosotros consideramos que un buen cliente es aquel que se preocupa por la salud de su mascota, es fiel, cumple, no cuestiona mucho, paga… Usted como se evalúa como cliente?? Malo, regular, bueno, muy bueno, excelente.
Situación: Hola, quiero $2 de palitos… ah y ya que esta porque no me dice doctor porque mi perro esta todo pelado de los dos lados y toma mucha agua (cliente que piensa que la consulta vale dos pesos y además se lleva los palitos de regalo).

A veces con cierto grado de paciencia que a uno a veces suele tener dependiendo de muchas variables, trata de hacerle entender que una patología de ese tipo requiere de análisis y que lamentablemente va a tener que gastar más de dos pesos. Acto seguido mucha gente dice “ahh en serio???” entonces vuelvo en otro momento y le comento a mi marido, por lo bajo muchos piensan “este es un comerciante o este no sabe nada” si esto según lo que me dijo Coca (una señora que conocí en la plaza o que leyó en internet) estos son hongos que se curan con un poco de pulguicida. Esa misma persona a veces también intoxica a su mascota con algún preparado extraño a las dos de la mañana y pretende que usted salte de la cama, viaje en su auto a la velocidad de un exocet, llegue en dos minutos, le solucione todo y al final le diga “mañana le pago porque no tengo efectivo, en la urgencia me olvide de la plata”. Y ni le cuento si en ese lapso se muere el animal, uno no solo no cobrará sino que además se nos achacará la culpa de todos los males y resultamos automáticamente además de comerciantes hijos de una buena madre que comercia con el sexo.

El VETERINARIO puede ser muchas cosas pero no es estúpido, una cosa es bueno y otra cosa es “…”. Cuando conocemos a nuestros clientes y sabemos que esa señora que intentó hacer una consulta por $ 2 nos llama a las dos de la mañana lo más probable es que nos “embrome”, por decirlo de esa manera de nuevo. Por lo tanto uno no saltará de la cama, ni saldrá disparado, ni pretenda buena actitud, en ese caso ni uno es un comerciante ni tampoco carero, definitivamente uno no es estúpido y tratara de no ir para evitar males mayores como los descriptos.

Pero cuando uno tiene un buen cliente genera un vínculo de confianza y cariño que estira mucho cualquier tipo de pedido, desde el crédito hasta los llamados más insólitos a la hora más loca. Pero un buen cliente no es de un día o de una compra un buen cliente lo demuestra a través del tiempo. Un buen cliente se interioriza de que hace su veterinario, si se capacita, si está atento, si cumple con su función, si es una buena persona o si es un chanta, valora los esfuerzos tanto comerciales como académicos, y criticara en donde uno puede mejorar.

¿Cuánto vale para usted un buen veterinario? la respuesta es sencilla: lo que vale para usted su mascota. Si su mascota tiene un lugar importante en su vida el valor de su veterinario crece y usted pretende que el mismo este a la altura de su sacrificio económico. Las exigencias en esta relación deben ser cruzadas, un buen cliente exige y un buen veterinario también.
Un veterinario que no se actualiza, que no trata de mejorar su condición de trabajo o que no es ambicioso en su trabajo tampoco puede pretender clientes de lujo, porque el cliente de lujo también elige e investiga. Un veterinario mediocre tendrá en su mayoría clientes mediocres y eso también es culpa de uno mismo.

Un veterinario es una persona que estudio en una Universidad no menos de 6 años muchos de ellos tendrán post grados, muchos congresos y cursos de capacitación, muchas horas de dedicación diaria y mucho sacrificio.
A la hora de consultarlo, mírelo más como un profesional de lujo que Ud. tiene la suerte de consultar y utilizarlo por a veces menos del valor que dos kilos de carne.

 (Por el Dr Alejandro Paludi, texto extraído de la Revista Mundo Mascota Número 73)