LOS DERECHOS...
"...debemos reconocer que el humano siempre se ha caracterizado por
cierta pretensión separatista, la historia muestra que en diferentes
momentos, los niños, las mujeres, los negros o los enfermos han sido
apartados del universo de aquellos que portaban derechos, esas
separaciones se apoyaban en determinados datos (prejuicios) que, si bien
podían verificarse empíricamente en algunos casos, carecían de
relevancia moral para justificar el apartamiento; el color de
piel, la edad o el sexo, no constituyen datos válidos para sostener que
a alguien deba estar privado de derechos; hoy podemos afirmar que la
dignidad no depende de esas cuestiones, pero el camino no ha sido fácil.
Con esta idea de la dignidad, hoy podemos afirmar que ni la inteligencia, ni la capacidad de hablar, o la de conducirnos en dos “patas” son fundamento de nuestros derechos, la dignidad tiene que ver con algo mucho más básico, los Derechos Humanos, por ejemplo, existen para defendernos de ciertas prácticas por el sufrimiento que implican, lo que equivale a decir que esas prácticas serían inadmisibles en sí mismas, independientemente de cuál sea el argumento que se exponga para defenderlas.
Con esta idea de la dignidad, hoy podemos afirmar que ni la inteligencia, ni la capacidad de hablar, o la de conducirnos en dos “patas” son fundamento de nuestros derechos, la dignidad tiene que ver con algo mucho más básico, los Derechos Humanos, por ejemplo, existen para defendernos de ciertas prácticas por el sufrimiento que implican, lo que equivale a decir que esas prácticas serían inadmisibles en sí mismas, independientemente de cuál sea el argumento que se exponga para defenderlas.
Es así que los derechos más básicos que tenemos forman un escudo protector frente a un sufrimiento que nadie podría obligarnos a padecer; tenemos esos derechos –fundamentalmente-, para proteger nuestro interés en no sufrir injustamente, sin entrar en tecnicismos jurídicos diremos que los derechos “legales” que portamos son para proteger esos intereses básicos.
Seguramente, de acuerdo a la complejidad de cada especie, los intereses básicos podrán ser más o menos, pero lo que es seguro es que quien pude sufrir y vivir el sufrimiento como una experiencia individual, cumple con la condición necesaria para tener un interés en no padecer injustamente ese sufrimiento; si las leyes pretenden ser justas sólo alcanzarán la justicia protegiendo a los intereses iguales de la misma manera, y aquí ya debemos ir diciendo que la jerarquía del interés no está condicionada por la pertenencia a una determinada especie.."
Dr. Gerardo Biglia. Activista vegano.
Abogado Apoderado del Centro de Prevencion de Crueldad al Animal - CPCA (Argentina).
Abogado Apoderado del Centro de Prevencion de Crueldad al Animal - CPCA (Argentina).
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